La función del cloro es destruir las bacterias, hongos… que pueda tener el agua de la piscina y la mantiene limpia y cristalina.

Los niveles óptimos de cloro deben ser entre 1,0 y 1,5 y se debe tomar muestras dos o tres veces diarias. Estas muestras las recoge diariamente el socorrista a la apertura y cierre de la piscina y se apuntan en el libro de registro, siempre será supervisado por un técnico maquinista que se asegurará que el agua se encuentra en perfecto estado.

El valor del PH de una piscina debe estar comprendido entre 7,2 y 7,6 y es importante que se encuentre entre estos valores porque sino el cloro no actúa como esperábamos o produce reacciones diferentes a las que esperamos.

Si el PH está por debajo de 7,2 se llamaría ácida y puede provocar: irritación de ojos, piel y mucosas nasales, corrosión de las paredes, disolución de partes metálicas de las instalaciones de filtración, manchas en las paredes y pérdida de cloro. Todo esto se puede evitar añadiendo  producto para aumentar el PH .

 Si el PH está por encima de 7,8 se llamaría básica o alcalina y puede provocar: irritaciones en los ojos y la piel, ineficiencia del uso del cloro, turbidez del agua y producción de sarro obstruyendo el filtro rápidamente. Todo esto se puede evitar añadiendo y producto para disminuir el PH .

El pH del agua es un valor muy importante a tener en cuenta en las piscinas. La acción del cloro depende diréctamente de él y, por lo tanto, el confort de los bañistas y el estado de la instalación.

El pH indica la acidez o alcalinidad. Debe mantenerse entre los valores 7.2 y 7.6. Es importante mantener este valor para cuidar la instalación de la piscina y evitar posibles irritaciones en los bañistas.

Si el pH es superior a 7.6, el desinfectante (cloro normalmente) pierde efectividad. Al contrario, si es inferior a 7.2, el agua de la piscina adquiere propiedades ácidas y puede irritar los ojos y la piel de los bañistas.

En el control del pH, es importante tener en cuenta el hecho de que en las piscinas, por naturaleza, el pH del agua tiene tendencia a adquirir propiedades alcalinas (aumento del pH).