Cuando tienes una piscina, una de las batallas más comunes es la lucha contra las algas. Aunque las algas no son necesariamente peligrosas en sí mismas, ellas hacen que los residuos se liberen, proporcionando un perfecto escenario para que las bacterias y otros microorganismos nocivos puedan florecer.

Hay más de 20.000 especies de algas, pero sólo unas pocas se encuentran a menudo en el agua de la piscina: verdes, amarillas, negras y rosas. Las esporas de las algas entran constantemente en tu piscina, traídas por el viento, lluvia o por la contaminación de los bañadores y los equipos. Se instalarán en tu piscina y florecen si las condiciones son adecuadas, por ejemplo, si el agua está desequilibrada, está demasiado caliente o si hay una falta de circulación, filtración y saneamiento. Si no has sido capaz de evitar el crecimiento de algas, la mejor estrategia para la batalla es una completa eliminación.

Antes de poner cualquier tipo de tratamiento en tu piscina, las paredes y el suelo de la piscina deben estar cepillados para deshacerte de la mayor cantidad de algas que crecen en ellos. Liberar las algas de las paredes de la piscina, hará que los tratamientos para matar las algas, sean mucho más eficaces. Después del lavado, comprueba el pH del agua para asegurarte de que está dentro del rango de 7,2 – 7,6. Cuando el pH está dentro de este rango, se añade el cloro para que el tratamiento sea mucho más eficaz.

Para asegurar que el tratamiento sea exitoso, debes revisar tu sistema de filtración y limpiarlo si es necesario. Lo normal, es que quieras que funcione bien cuando agregues el tratamiento a la piscina, por lo que debes ajustar la válvula para una circulación óptima y permitir que funcione durante las 24 horas del día hasta que la piscina esté totalmente limpia. No te olvides hacer un retrolavado cuando sea necesario.

Con la bomba de la piscina y el filtro en funcionamiento, lo próximo que tienes que hacer en tu piscina, es un tratamiento de choque. Este tratamiento matará todas las algas suspendidas en el agua. La media común del tratamiento de choque para una piscina estándar con cloro es de aproximadamente 0,45 kilogramos por 37.862,35 litros de agua (o seguir cualquier sugerencia de dosificación del fabricante). Para preservar tu piscina de liner (revestimiento de PVC), puedes optar por disolver el tratamiento en un cubo de agua antes de añadirlo a la piscina. Ahora es el momento de esperar y dejar que el filtro atrape todas las algas destruidas y permita que el nivel de cloro vuelva a la normalidad.

Las algas que se acumulan en el filtro de la piscina pueden hacer que el motor de la bomba y el sistema de filtración se ensucien. Por esta razón, asegúrate de examinar regularmente tu sistema de filtración y de retrolavado de la bomba, tan pronto como, esta supere la presión estándar de funcionamiento normal.

Si la piscina todavía está verde pasadas 24 horas, deberás realizar un nuevo tratamiento de choque aumentando la intensidad y repetir el proceso hasta que las algas se hayan ido. Se reproducen tan rápidamente que si no las eliminas todas, en cuestión de días, volverás a tener la piscina llena. Cuando ya no haya ninguna señal de que las algas siguen en tu piscina, deberás realizar un aspirado completo para eliminar cualquier resto de algas muertas que hayan quedado, con la finalidad de aliviar la presión en el filtro.

Inmediatamente después de realizar la aspiración, lava el filtro de la piscina una vez más, para asegurarte de que no queden algas residuales atrapadas en el interior. Si el filtro no está limpio, es muy probable que las algas vuelvan a salir.